El pasado 18 de mayo murió Dietrich Fischer-Dieskau, uno de los más grandes cantantes de todos los tiempos y un músico capital en la historia de la interpretación del pasado siglo XX. Su voz y sus cualidades técnicas e interpretativas le convirtieron en un maestro de la lírica universal. Abordó multitud de géneros, épocas y estilos; dejó para la historia una extensa discografía, realizó una inestimable labor pedagógica y una profunda reflexión teórica e intelectual. En vista de lo cual las secciones culturales de los periódicos españoles le dedicaron menos espacio que a Donna Summer que había muerto unos días antes.